Ray de Lima Jueves, 1 agosto 2019

Edgard Guillén: sombreros y melancolía

A los 81 años, el actor Edgard Guillén nos muestra que su vida es para el teatro y que no importa desde dónde lo hace. Cada domingo abre las puertas de su casa, en la cuadra 11 de la avenida Paso de los Andes en Pueblo Libre, para compartir su unipersonal sin diálogo ‘Solo Guillén Solo’, una de las experiencias culturales más Lyncheanas y obligatorias ahorita mismo en nuestra ciudad.

Imagen: Ray Ray

Foto: Prin Rodríguez

Su historia resumida cuenta sobre cómo después de haber ingresado a estudiar medicina una conversación random bastó para convencerlo de dejarlo todo por el teatro. Tras estudiar en San Marcos, y luego de unos viajes locos a Europa en los que completó su formación, Edgard tomó de rehén la atención de Lima durante los 60s con la producción de varias obras teatrales que por primera vez tocaron temas LGBT de manera pública y directa. Hoy, 60 años después, sigue samaqueándonos las cabezas y corazones desde su casa donde performa un unipersonal lleno de nostalgia, sombreros y melancolía.

Foto: Musuk Nolte

Foto: Musuk Nolte

Su casa

Hace un año se escribieron varias crónicas sobre Edgard y todas comienzan con una descripción de la entrada a su casa. No es para menos pues, solo con ver las máscaras de teatro incrustadas en la fachada exterior, uno ya siente que está a punto de cruzar un portal estilo Narnia allí en plena calle de Pueblo Libre.

Edgard vive solo y, ya que su gata no es lo suficientemente alta para abrir la puerta, lo más probable es que sea él mismo quien te reciba vestido con un kimono púrpura que aprieta contra su pecho protegiéndose del frío. “Estamos a punto de empezar”.

Foto: Renzo Babilonia

Foto: Renzo Babilonia

La obra

En su sala quizá ya haya algunas personas esperando entre las sombras, sentados en muebles antiguos rodeando la habitación cuyas paredes están cubiertas de retratos de Edgard en todas las etapas de su vida. Lo ves desde joven sentado esperando a Godot, hasta mayor interpretando a Ricardo III.

Luego lo ves delante de ti, ya encorvado y casi sin pelo. Guillén le pone play al soundtrack. Empieza a transformarse y se vuelve difícil creer cómo este hombre que hace un rato caminaba con tanto cuidado de pronto está dando vueltas en el suelo, gesticulando con los brazos en el aire y rompiéndonos el corazón con cada gesto a través del cual se vuelve imposible no identificar su experiencia de 60 años en teatro (con clara inspiración en su héroe japonés Kazuo Ono).

Sin decir una sola palabra, Edgard nos jala dentro de un trance que habita los límites más extremos de la intimidad. Sería difícil describir aún más una obra sin diálogo, pero el sentimiento que causa la experiencia es de haber descubierto de un espacio secreto y especial. 45 minutos en los que te puedes sentir como dentro del ‘Club del Silencio’ de Mullholand Drive, llorar si quieres, tener una conversación larga con Edgard mientras pasa el sombrero al final y luego volver a salir a la calle dominguera de Lima con ese sentimiento extraño de quien tiene que volver a adaptarse a la realidad.

Ilustración de Ray Ray para este post

Ilustración de Ray Ray para este post

‘Solo Guillén Solo’ es una gran experiencia para quien ande en busca de un teatro más experimental de lo normal, quien busque espacios secretos en Lima o quien simplemente quiera pasar un bonito domingo cultural sin gastar 999 soles en algún teatro fichazo miraflorino.

Las puertas de Edgard están abiertas los domingos (hasta las 7:30 de la noche que comienza la función).

Recuerden llevar efectivo para la pasada del sombrero, y chequear su Facebook para más información.