Ningún tema es más importante que las figuritas del Mundial
Hay momentos que unifican a una nación. Las victorias de la blanquirroja nos trajeron felicidad y hermandad pero ahora nuestro país afronta grandes adversidades que exigen que como pueblo estemos más unidos que nunca y nos levantemos contra esta opresión e injusticia. No podemos mantenernos en silencio ni un segundo más. Aunque estemos acostumbrados a bajar la cabeza y dejar pasar impune la corrupción hoy es el momento para luchar contra el descaro de nuestras autoridades. El desabastecimiento de figuritas Panini es un atentado contra los derechos humanos y exigimos una solución inmediata. ¡Queremos figuritas y las queremos ahorita mismo, carajo!

Salvo las figuritas, todo es ilusión.
Para muchos la llegada de los álbumes Panini fue recibida con tanta felicidad y entusiasmo como lo tuvo la noticia misma de que Perú iría, por fin, al Mundial. Quizá la clasificación se sintió demasiado literalmente como un sueño y la necesidad de ver a nuestros jugadores impresos en estampas coleccionables era lo único que podría traer alivio a una nación que ha estado aguantada por 36 años. También sirvió como excusa para que las personas de un país entero se comporten como unos bebés gigantes al respecto, saqueando tiendas en busca de álbumes de tapa dura, revendiéndolos a precios altísimos por internet y gritándole a trabajadores adolescentes de Tay Loy por no poder alimentar nuestra hambre insaciable de figuritas coleccionables. Solo queda una idea clave para reflexionar: este comportamiento no es normal, gente.

Imagen: Facebook
El video de una horda de coleccionistas exigiendo soluciones al joven encargado de Tay Loy se ha vuelto viral durante los últimos días, usualmente acompañado de reflexiones acerca de cómo este tipo de situación estupidísima era justo el elemento necesario para despertar indignación y reacciones agresivas por parte de la población.
No ha sido la corrupción masiva del Estado la que nos ha forzado la mano. No ha sido el descaro con el que se ha cambiado el gabinete actual, no han sido las leyes absurdas que han sido aprobadas por nuestros líderes, no ha sido la explotación laboral ni los atropellos ni las constantes violaciones a los derechos básicos humanos que sufren nuestros compatriotas alrededor del Perú a través de los años. Ha sido el desabastecimiento de figuritas coleccionables de fútbol las que han causado que muchos peruanos por fin alcen sus voces en indignación porque si algo no podemos soportar en el Perú es no tener acceso a comprar huevadas estupidísimas cuando nos dé la gana. Sin nuestro consumo neoliberal inmediato un poco más y estamos como Venezuela, pues.
Al igual que el año pasado durante los huaycos cuando la gente hizo un escándalo causado por la compra masiva de agua embotellada en zonas que ni siquiera habían sido afectadas por los desastres naturales, parece en serio que lo único capaz de desatar un furor colectivo es la falta de acceso al consumo material. Aún así, claramente esta histeria masiva por las figuritas es incluso más idiota de lo normal debido a que:
- El álbum no cumple ningún objetivo y tiene valor exclusivamente emocional.
- Onda cereal Trix las figuritas se supone que son solo para niños.
Tras ver los videos de Tay Loy, los intercambio masivos de figuritas alrededor de la ciudad y los miles de comentarios en redes sociales sobre personas actuando irrazonablemente con respecto a la colección del álbum se vuelve evidente la ausencia total de una audiencia juvenil.

Imagen vía: Evento Facebook Gran Intercambio de Figuritas Panini Lima
Teniendo en cuenta la cobertura del fenómeno, aún no veo ni una sola imagen de alguien menor de 30 años metiéndole a la fiebre Panini. ¿Coleccionar el álbum se ha vuelto una actividad exclusiva de adultos en el Perú? Haciendo cálculos, llenar el álbum Panini costaría mínimo como 320 soles (si es que mágicamente te tocasen cero repetidas) y está bien jodido ser un niño de 12 años que se maneje ese presupuesto (espero).
El otro punto es más abstracto aún: ¿por qué coleccionamos el álbum siquiera? ¿Qué sentido tiene? Recuerdo que en los 90s me parecía súper chévere poder ver el mundial con mi álbum al lado y poder reconocer a los jugadores. Cuando el álbum fue lanzado por primera vez en el Mundial de 1970 fijo servía súper bien de catálogo pero ahora que existe la Internet simplemente podrías googlear cualquiera huevada que te interese. Si quisieras ser necio podría incluso imprimir tu propio álbum con Gareca en la portada. ¿Por qué coleccionar el carísimo e inútil álbum oficial cuando tu creatividad es el límite?

¿Por qué tanto odio?
Sé que es filin coleccionar el álbum y todo. Tampoco es que esté en contra de las figuritas pero creo que el hecho de que una generación adulta esté perdiendo los papeles sobre stickers coleccionables debería hacernos cuestionar un par de cosas acerca de nuestra sociedad. Debemos pensar profundamente por ejemplo si es que realmente somos la cultura más pava y aniñada de toda Latinoamérica y también si quizá de ahora en adelante las protestas políticas en vez de marchar por el centro de Lima deberían solo bloquear el acceso a Tay Loy y kioscos hasta que el gobiernos nos escuche.
¡Si no hay figuritas la huelga continúa!