noticias , periodismo , Ray de Lima Jueves, 13 agosto 2015

Marcha #12A: Cómo el feminismo llegó al Congreso (y fue recibido con bombas lacrimógenas)

Marcha #12A:

Anoche, 500 jóvenes llevaron su protesta por la despenalización del aborto a las puertas del Congreso. Después de insistir con los procesos burocráticos para promover una nueva ley, el 12 de agosto fue el momento de tomar las calles.

 

Hay una regla no oficial con respecto a cómo se organizan las marchas a través de Facebook: de todas las personas que ponen ‘Asistiré’ solo el 10% máximo suelen aparecer el día del evento. Teniendo en cuenta que en el evento de la marcha #12A por la despenalización del aborto solo habían 2500 personas que ‘confirmaban su participación’ llegando al Óvalo 2 de Mayo, donde se había convocado la concentración, resultó una sorpresa ver como el espacio se iba llenando con lo que llegaron a ser entre 500 a 600 personas. Es como el 20% de la gente que dijo que iría. Un nuevo record.

 

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Otro nuevo record fue que estas 500 personas efectivamente cumplieron la ruta entera. Mientras casi virtualmente todas las marchas con destino al Congreso fallan en llegar, quedando reprimidas por la policía, ya sea en las avenidas Abancay o Nicolás de Pierola, la cantidad inesperada de personas en la marcha de anoche quizá haya tomado por sorpresa a la policía, quien no pudo evitar el paso de la multitud hasta las afueras del edificio. Durante un momento, en medio del tráfico de Abancay, unas 30 personas la picaron hasta el Congreso, dejando atrás a la policía junto con las 400 y tantas personas que tardaron unos minutos más en llegar frente a las rejas gubernamentales, donde les esperaría una lluvia de bombas lacrimógenas y agua helada del rochabus.

 

La marcha había sido pacífica hasta ese momento. Repleta de performances, entre calzones manchados de sangre y chicas con las tetas al aire, la marcha también estuvo caracterizada por tener algunas de las arengas más originales de esta década, entre ‘No quiero una revolución en la que no pueda mostrar las tetas’ y otra al ritmo de la canción de El General ‘No me trates no / no me trates de engañar / Sé que tú eres machista / y a mi me quieres controlar’. La creatividad no se detuvo cuando la policía empezó a dispararle chorros de agua a la multitud que inicialmente huyó pero rápidamente cayó en cuenta de que era solo agua y ni siquiera dolía. Así, bajo una lluvia artificial organizada por la policía, la protesta continuó con batucada y todo.

 

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Solo fue cuando sonaron las explosiones de las bombas lacrimógenas que la marcha se dispersó y todos empezaron a correr en direcciones separadas. Un grupo seguimos hasta llegar al puente Abancay. A mitad de cruzar el Rimac, el grupo se dio cuenta que no había nada que hacer al otro lado y, concluida la marcha, dieron media vuelta para volver a casa. El paso fue impedido por la policía, que tomó control de la vereda y, a pesar del tránsito vehicular de la Avenida Abancay, se negó a ceder el paso a los transeuntes. “Tomen un carro, mejor” dijo entre risas uno de los doce policías que habían decidido que el mejor uso de su tiempo era impedirle el paso a diez manifestantes cansados, mojados y afectados por el gas lacrimógeno que solo querían volver a casa.

 

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Después de una nueva concentración en la Plaza San Martín, las multitudes se dispersaron, entre volver a sus hogares o celebrar en los bares de Quilca. Repletos de manifestantes con cervezas en la mano, los bares se convirtieron en un unísono de arengas feministas. El aire era de celebración y victoria, no porque las demandas hechas por los manifestantes hayan sido cumplidas ni lo serán pronto. El aborto es y seguirá siendo ilegal en el Perú probablemente por muchos años por venir pero, como dicen, el camino es tan importante como la meta y lo que se mostró anoche es que la lucha ya está en proceso y está más decidida que nunca.

 

Mientras sigan muriendo mujeres a causa de falta de atención médica que hoy se considera ilegal, mientras el Estado siga tomando decisiones sobre el cuerpo de las mujeres, estas marchas continuarán y se irán volviendo más masivas. Durante estos últimos años, en marchas como contra la AFP y la Ley Pulpín, la juventud peruana ha demostrado su capacidad de convocatoria y de ejercer presión sobre el gobierno. Si 500 personas pudieron llegar al Congreso y hacer tocar de nervios a la policía con una simple marcha pacífica, qué nos esperará en lo que queda de esta década.

#12A – Marcha por la despenalización del aborto from ray ray afrika on Vimeo.

 

Mira más fotos de la marcha en nuestro álbum de Facebook.