literatura , Ray de Lima Viernes, 8 agosto 2014

Humans of Castro Castro: Una tarde en el taller de poesía de la prisión

Un día me contaron que el grupo Ánima Lisa, en una creación colectiva junto con la asociación Citio Ciudad Trans-Disciplinar y el grupo de Investigación en Psicología Forense y Penitenciaria de la PUCP, estaba haciendo un nuevo proyecto que involucraba un taller de poesía en el Penal Castro Castro con el objetivo de crear poemas experimentales hechos por los reos y de proyectarlos sobre monumentos icónicos en el mundo exterior.

Me invitaron a ir a visitar el taller en la cárcel y acepté de inmediato, obvio, en parte por curiosidad de conocer cómo es Castro Castro por dentro pero sobre todo porque me dijeron que más o menos la mitad de los participantes habían estado presos desde hace más de 20 años por cargos de terrorismo y me parecía la cosa más interesante del planeta escarbar un poco el cerebro a estas personas que son consideradas las máximas parias de nuestro país y de las que se habla casi exclusivamente en textos de ciencias sociales y la prensa que los trata como ‘Aquellos Que No Deben Ser Nombrados’.

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Poesía proyectada en la Plaza 2 de Mayo

Había visto los trabajos del grupo Ánima Lisa alrededor de la ciudad. Sabía que su especialidad era la poesía experimental que, usando un retroproyector, exhibían temporalmente iluminadas sobre paredes alrededor de la ciudad. Su rollo revuelve alrededor de la integración del espacio público como parte de sus proyectos. Los había visto viajar por el Perú con su retroproyector, jalando la vista de los transeúntes que de pronto veían poemas proyectados sobre muros de cemento en medio de la calle y también los había visto usando un GPS para hacer un recorrido siguiendo un camino que escribiese la palabra ‘Lima’ sobre el mapa de la ciudad.

Cosas un poco arty, supongo, pero al menos es una chévere propuesta en oposición a una cultura de poesía limeña que sigue reuniéndose en bares a declamar frente a una audiencia de 5 personas con un micrófono que siempre siempre funciona mal.

La idea del taller en el Penal se basaba en hacer varios ejercicios con los participantes con el objetivo de que al final estos hagan sus propios poemas experimentales y proyectarlos sobre lugares emblemáticos del mundo exterior. La idea era medio loca, si te pones a pensar: los presos están confinados a un espacio encerrado y sus poemas serían proyectados libremente en las calles. Peor aún, si bien algunos de estos presos llevan pocos años en la cárcel, algunos otros han estado dentro tanto tiempo que la ciudad como es hoy es totalmente distinta a lo que existe en sus memorias. Uno de los ejercicios que hicieron en el taller fue dibujar mapas de la ciudad tal cómo la recordaban, partiendo desde sus casas. Los resultados iban desde imperfectos hasta versiones evidentemente ficticias de lo que se supone que era Lima.

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Lima, según uno de los participantes.

En el caso de Raúl, a pesar de haber estado encarcelado en Castro Castro desde el inicio de los 90, nunca ha visto Lima realmente. “Recuerdo que llegué al aeropuerto desde Huaraz. Fui a dormir esa noche en Ate y al día siguiente me trajeron para acá.” Por la descripción de su noche en Ate los demás tratan de convencerle que se ha equivocado y que en realidad pasó la noche en San Juan de Lurigancho pero a Raúl le da igual. Lima para él es un concepto ajeno que existe en los periódicos y la televisión. Desde la cárcel el único pedazo de Lima que puede ver son los cerros que bordean los muros.

Considerando el aislamiento, es rarazo oír la cantidad de opiniones que tienen sobre temas coyunturales. El tema de moda en Castro Castro, al igual que en el resto de Lima, era criticar a Susana Villarán por la reforma de transporte. Para Luis el hecho de jamás haber usado el metropolitano no era un impedimento para criticarlo: “La gente parece ganado aplastada así dentro del bus.”

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Proyectando sobre una Lima que los autores nunca conocieron

Por lo demás, también parecen estar al día con las noticias respecto al sistema penitenciario en Lima. John, que parece menor de 25 y está preso por crimen agravado, se siente abandonado por el sistema. Critica la sobrepoblación de las cárceles y no entiende cómo se supone que un castigo así puede resultar en que los presos liberados lleguen a reinsertarse en la sociedad. Señala que a pesar que hoy en día hay más presos en la cárcel, la delincuencia en las calles no ha disminuido, que casi un tercio de los reos son de los distritos pobres de Lima Norte y que un 30% de los presos actuales han estado en la cárcel más de una vez. “Sabiendo cómo es la sociedad, yo no quiero pertenecer a la sociedad.”

Sin embargo, John mantiene una actitud calmada y se enfoca en participar en los talleres que se le ofrecen. John tiene la pinta de un jugador jóven de fútbol. Moreno, con un aretito y un peinado loco. Carismático y elocuente, lanza citas de Nietzsche casualmente. Me cuenta que aparte del taller de poesía, también estuvo en un taller de teatro antes y que ahora también estudia francés gracias al apoyo de unos profesores de la Alianza Francesa que van a enseñar cada semana. “Hay muy pocas cosas qué hacer para no perderse.” Con una copia de ‘Harry Potter et l’Ordre du Phénix’ bajo el brazo me dice “Voy a tener mucho tiempo para aprender.”

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El taller se realiza en la biblioteca del penal.

Es raro imaginar qué tipo de contacto con el mundo externo tienen los presos y supongo que todo lo que consumen tiene un filtro causado por el aislamiento, igual. Cuando a los presos participantes del taller se le muestran las fotos de sus poemas expuestos en las calles, se frikean al ver cómo son las cosas ahora. Uno de los poemas fue proyectado sobre el nuevo Estadio Nacional, que muchos de ellos jamás siquiera habían visto. Otro poema fue proyectado sobre el Real Felipe, que ahora está cubierto de luces de colores. “”¡Parece un circo!” dice alguien y todos ríen.

En la biblioteca donde se realiza el taller veo que tienen un televisor pantalla plasma enorme y al lado una pizarrita con la programación de películas. Me sorprendiò maleadazo ver que están viendo Breaking Bad. La semana siguiente que fui, vi que están al día con la cuarta temporada de Game of Thrones. Sin embargo, esta normalidad cotidiana es contrastada por los ocasionales recordatorios de que estas personas, por carismáticas y elocuentes que sean, igual vienen de un trasfondo imposible con el cuál relacionarse.

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¡También ven Cosmos!

Cuando se exponen las fotos de la Plaza 2 de Mayo, los de Ánima Lisa explican que fue difícil usar el retroproyector porque los postes de luz interrumpían la imagen. Uno de los presos bromea: “Si quieres me las tumbo,” y sonríe creando el silencio más incómodo que he presenciado en mi vida. Resulta rarísimo hablarle a estas personas intentando especular qué crimen específico ha cometido cada uno. Ellos repiten bastante la idea de que su libertad de expresión fue reprimida pero luego en algún momento alguien lanza una frase aterradora.

– Movadef no es terrorismo. Terrorismo es de acciones –comenta un preso reciente, que ni siquiera está allí por cargos de terrorismo, evidenciando el intercambio ideológico que ocurre entre los presos.

Pensar en cómo será el día que salgan de la cárcel después de estar presos por tantos años me hace recordar esa escena de The Shawshank Redemption y pienso lo peor. No sólo porque a los prisioneros les sería un reto imposible volver a adaptarse en la sociedad que ha avanzado varias décadas sin ellos sino también porque vivimos en una sociedad que claramente no quiere volver a darles un espacio. Por mientras, ellos siguen tras las rejas pero sus poemas experimentales están en exposición desde ayer en Espacio Zona 30 en la Plaza San Martín. Estarán allí hasta fines de agosto y habrán un par de mesas de discusión con los miembros de Ánima Lisa así que si tienes interés en el tema puedes ir a ver todo esto con tus propios ojos.

Por su parte, más que enfocarse en las consecuencias sociales o significados políticos que esta exposición podría generar en la audiencia, los reos poetas se encontraban principalmente emocionados y nerviosos por el hecho de estar exhibiendo por primera vez su obra en público. Basta leerlos para ver que sus temas no son sólo de política sino de desesperación, soledad y amor, como lo es toda la poesía en general. Los autores sólo quieren ser juzgados como humanos. Que su condición de prisioneros es un contexto pero no el fundamento.

Aquí está el link del evento en Facebook.

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